martes, 10 de septiembre de 2013

España: 38 años de democracia... y seguimos sin saber cómo funciona!

Hola a tod@s.

Hoy he leído algo que me ha dejado algo perplejo.

Sabemos que en España carecemos de periodismo de calidad a gran escala, a menudo tenemos periodistas (y periodistillos-wannabe) que se les ve a la legua que están afiliados a uno de los dos grandes partidos.
El periodismo objetivo, que se meta con ambos lados de la balanza por igual, no existe.

Tenemos algo que se le parece.

La Sexta no es ni mucho menos mi cadena favorita, opino que sus debates son sólo imitaciones, una especie de Sálvame Deluxe pero con directores de periódicos con marcadas y previsibles afiliaciones políticas.

Sólo rescato a dos programas de la Sexta: El Intermedio y El Objetivo.

El primer motivo sería el hecho de que Marhuenda no participe en ellos (alabados sean los Dioses por ello).
El segundo motivo, en el caso del Intermedio, sería la clave de humor y de auto-parodia que impera.
El tercer motivo, en el caso del Objetivo, es la profesionalidad de Ana Pastor, las hostias verbales que les mete a políticos demasiado acostumbrados a que se lo adule en las tertulias y el hecho de que se meta con quien sea sin importar su color político. Enseña algo que en España no sabemos hacer: ser duros con quienes nos sirven, los políticos. Nos recuerda que ellos son nuestros servidores por voluntad propia y que, por lo tanto, no tenemos por qué ser complacientes con ellos sino exigentes, ya que nos han prometido algo.

Volvamos a eso que he leído y que me ha entristecido.
He leído que El Objetivo se ha quedado con un bajo porcentaje del share el domingo pasado, beneficiando a horrores ambulantes como "Palabra de Gitano" y a películas en otras cadenas.

Veamos.

Puedo comprender que la política ya canse, que se hable de ello en exceso, lo puedo comprender.
Hay una especie de sentimiento de déjà-vu en todas las tertulias y todo eso.
Perfecto.

Pero sería un necio si no fuera más allá y pusiera de manifiesto lo que de verdad quiere decir la gente cuando cambia de cadena: "la política para los políticos", "que se encarguen ellos, que para eso los pagamos".

Y eso, en una democracia, está MAL.

MUY mal.

Porque de esa falta de interés se aprovechan nuestros políticos para hacer lo que les salga de ahí.

Y llego a dos conclusiones:

La primera es que estamos demasiado acostumbrados a que nos gobiernen, a no tener que tomar decisiones salvo una vez cada cuatro años, esa maldita vez que justifica que a esta dictadura encubierta se la llame "democracia", para que se nos llene la boca al hablar de la "democracia".
Y así llegamos a mi segunda conclusión: una "democracia" cuyo funcionamiento el pueblo español sigue sin comprender tras 38 años. "Democracia" no es "voto cada 4 años, el resto del tiempo me desentiendo y, si lo hacen mal, me jodo hasta las próximas elecciones". "Democracia" es "el poder del pueblo", es "yo, el pueblo, soy quien tiene la última palabra, y si no me conviene lo que hace el gobierno que yo he elegido, lo echo del poder y convoco elecciones". No saliendo a la calle a gritar, sino yendo más allá.

No nos podemos desentender de la política y anestesiarnos momentáneamente con horrores ambulantes que ensalzan lo regulero de este país. Eso es esconder la cabeza como las avestruces.
Somos ciudadanos. Es nuestro futuro.

Es hora de luchar por lo que nos importa, ¿no?

Dicho esto, ¿qué ha pasado al final en Campamento de Verano? ¿Y en Hombres y Mujeres y Viceversa?

Suivez-moi mais restez secrets: tout est caché sous le signe de la Rose!

No hay comentarios:

Publicar un comentario