miércoles, 19 de marzo de 2014

Todos somos antisistema

Je suis de retour!

He vuelto para molestaros un poco más y pienso quedarme ;)

Hoy escribo por eso de las marchas de la dignidad que estoy viendo en toda España.

No para criticarlas, pero sí para dejar clara una cosa, una reflexión que he tenido, así, de golpe, y que voy a tratar de explicitar (seh, así funciono, por suerte o por desgracia!).

Viendo un programa de la Cuatro (mirad si estoy al tanto que no me sé ni el nombre!) he visto una entrevista a una señora de la marcha de la dignidad que decía venir de Murcia.
Cuando le han preguntado si era una antisistema, la señora ha tratado de explicar que no lo era, y en su explicación se notaba un deje de incomodidad, como diciendo implícitamente "no me asocies con esos cerdos violentos, yo soy una señora de bien".

Y eso me ha hecho reflexionar. ¿Qué es un antisistema? ¿Qué imagen tenemos de ellos?

Nos quedamos siempre con lo superficial y renunciamos a lo profundo.

Si os digo antisistema, todos os imaginaréis al joven con look algo tiradillo, sudadera, rastas o pelo rapado, capucha, gorra y cara tapada, tirando cócteles molotov a la policía y destrozando mobiliario público.

Los actos, la forma, se hacen más importantes que el fondo, el mensaje que se quiere transmitir.

Y nos los imaginamos como a seres violentos, anárquicos por definición, que van a joder las manifestaciones... básicamente porque sí, sin más motivo aparente que el hecho de que odian "al sistema", y por extensión "todo sistema", porque les gusta el caos. (Nota graciosa: el corrector ortográfico me señala "caos" como incorrecto, ¿será que el perfecto ordenador o la perfecta Internet no conciben que exista algo opuesto al orden? XD)

Volviendo al tema, que nos los imaginamos caóticos por naturaleza, como si no pensaran más que en joder manifestaciones porque sí.

Pensemos. "Antisistema" significaría algo así como "opuesto al sistema", "en contra de lo preestablecido".

Parémonos a pensar. Hagamos abstracción de unos medios de comunicación que nos los diabolizan constantemente y nos los presentan como a unos peligrosos gamberros de la peor calaña.

Pensemos.
¿Estamos nosotros de acuerdo con el sistema?

¿Estamos de acuerdo con un sistema que castiga al pobre, al inteligente, al honrado y al talentoso y que premia al ladrón, al deshonesto, al estúpido, al ignorante y al inútil?
¿Estamos de acuerdo con un sistema que castiga al que paga sus impuestos y que ofrece total impunidad al que defrauda?
¿Estamos de acuerdo con un sistema que permite que políticos, banqueros, monarcas y lo que la vaca da estén todos, TODOS, implicados en casos de corrupción?
¿Estamos de acuerdo con un sistema que hace de nosotros títeres de los mercados mientras nos vende las mentiras de la democracia y de la paz?

Dudo mucho que estemos de acuerdo, a menos que algunos de vosotros seáis masoquistas o carezcáis de voluntad, que también puede ser.

Si no estáis de acuerdo, vosotros también sois antisistema.

Cierto es que no quemáis contenedores ni coches ni agredís a policías.

Pero os oponéis a este sistema, ¿cierto? No estáis de acuerdo, ¿verdad?

Quizás, precisamente, haría falta que fuéramos todos un poquito más antisistema en este país para que cambiaran las cosas, en lugar de ser tan santurrones conformistas, beatos y adictos a los realities y al Sálvame...

¿Quién es el auténtico enemigo?
Pensadlo bien.


Suivez-moi, mais restez secrets: tout est caché sous le Signe de la Rose!