lunes, 9 de septiembre de 2013

Madrid 2020: ¿fin de un sueño... principio de otro?

Antes de comenzar diré que soy un entusiasta (a nivel cultural) de los Juegos Olímpicos.

Desde que vi las olimpiadas de Barcelona 92, estoy enamorado de los Juegos Olímpicos y de las ceremonias de inauguración y clausura. (Los deportes para quien se los trague, que odio sudar).

Vamo' allá.

Situación...

Ejpañoles...
Ejpañolas...
"Madrid 2020"... ha muerto.

... Con el permiso de los que lo han apoyado... ¡POR FIN!

Ni siquiera me extenderé sobre el magnífico "inglés fluído" (dixit Marhuenda, el director de La Razón, energúmeno lacayo de Rajoy y PP in general y que vive en el país de los arcoiris y los unicornios, donde el Sol lleva la cara de Rajoy) de miss #AnaBottle, con su espectacular "relaxing cup of café con leche in the plaza mayor", que tanto ha dado que hablar.

Sólo le diré que se vaya a tomar una relaxing cup of anís of the monkey in the bar of the corner y que se go to fry asparagus one little moment. Shit yourself, little parrot, porque it's going to be that not.

XDDDDD

Y continuamos así hasta el infinito, esto tiene tela pa' rato! jejejeje

Pero vamos a lo que nos ocupa: las razones por las cuales, yo creo, Madrid no tendrá nunca Juegos Olímpicos (o por aquello de decir "never say from this water I will not drink" - à bon entendeur, salut! -, por lo menos diré que será difícil).

Más allá de la patética actuación de Miss Bottle de Ansar, pensémoslo fríamente.

¿Qué tiene que ofrecer Madrid a los Juegos Olímpicos?

Barcelona fue la olimpiada frente al mar, la olimpiada de la pasión y el buen humor españoles.
A Atlanta, personalmente, la encontré sosa.
Sydney aportó ese color aborigen tan especial en lo que vendría siendo el look de las olimpiadas.
Atenas fue el regreso triunfal a su cuna de nacimiento. Unas olimpiadas donde, con poco, se logró mucho.
Pekín fue la olimpiada de lo exótico, de lo místico, de lo sofisticado... y de la controversia (¿qué más nos da que sea comunista, jopetas? ¡el espectáculo fue chulo! ¡y será que otros no han hecho trampas *kofkoflaflechadebarcelona92kofkof*)!
Londres fue la olimpiada de la cultura pop, la olimpiada de la era de la globalización, con todo eso que la hacía "so british", de esa forma que tanto gusta

Ahora observad el listón y pensad en el futuro.

En 2016, Río de Janeiro... ¿qué nos evoca? (¡a parte de favelas!) Pues esa cosilla brasileira, ese buen humor, ese toque sabrosón... ¡será interesante!

Entre las candidatas a 2020: Istambul.
Personalmente, no la habría votado, pero ya de por sí evoca cosas: Turquía... Ese exotismo oriental... La arquitectura...

Tokyo: modernidad y tradición... El exotismo nipón, oriental, el misticismo shintoísta... ¡Y en un país capitalista, que eso debería contentar a los que tanto se metieron con China por ser comunista! ¡A ver si por fin podemos tener unas olimpiadas exóticas sin que se hable de tongos y trampas!

¿Y Madrid? ¿Más allá del catolicismo más absoluto y radical, de la envidia que caracteriza al español, la crisis y lo rancio?

¡Bueno, Madrid tiene su relaxing cup of café con leche in the plaza mayor!

Por... favor.

¿Queréis proponer una ciudad para las olimpiadas?

¿Y por qué no Sevilla, por ejemplo? Sevilla a mí me hace pensar en exuberancia, en esa preciosa arquitectura que tienen, en la pasión flamenca que tanto se esfuerzan en exportar bajo el lema "Marca España"...

¿Que queréis alejaros del tópico de flamenco, castañuelas y olé? ¡Per-fecto, os apoyo!
¿Por qué no en Galicia, con su tradición celta? ¡Sería bonito, sería místico!

¡Tienen algo más bonito que la rectitud castellana, pese a su belleza, animan más a la fiesta!

Así que, ea, ahí quedó eso. Para cuando hayamos salido de la crisis, si queremos volver a presentarnos, podríamos ir pensando en cambiar de ciudad... ¡y en venderla mejor, por Dios!

Creo que la derrota fue algo natural. Ahora, toca observar y aprender.

Suivez-moi, mais restez secrets: tout est caché sous le signe de la Rose!

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